Lucas, Teofilo soy yo
Se oficiaba delante de Dios.
Se hacía en grupo.
Habían diferentes grupos.
Los grupos se turnaban.
Dentro de cada grupo se oficiaba por suerte.
Parte del servicio religioso consistía en quemar incienso.
Había un santuario especial.
La ceremonia era privada, solo para sacerdotes y su grupo.
El pueblo esperaba afuera.
Mientras el pueblo estaba afuera, se dedicaban a orar.
Había una hora especial para quemar el incienso.
11 Se le apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.12 Al verle Zacarías, se sobresaltó, y el temor se apoderó de él.
Gabriel llega y se pone de pie frente a Zacarías. No llegó volando ni se apareció por una ventana, simplemente apareció. Aquí descubrimos que había un altar especial para quemar el incienso. Esto era de esperarse pero ahora lo sabemos como cosa segura.
Zacarías se sobresaltó al verlo. Desde luego, aunque uno se la pasa toda la vida hablando de la venida del Señor, lo mínimo que a uno le pase cuando se lo encuentre es que se desmaye. Si llega a tener el corazón débil, cae fulminado de un ataque cardíaco. Así que no me sorprende la reacción de Zacarías, y recordemos que Zacarías estaba anciano.
A todas estas… ¿Cómo sabía yo que el “ángel del señor” se llamaba ‘Gabriel’?
Si al leer esto, no te diste cuenta de ese detalle, te invito a que abras los ojos en lo sucesivo. Este debe ser un análisis conjunto y si tú me permites errores, todos perdemos. Hasta este momento, la palabra “Gabriel” no ha aparecido en este Evangelio, pero aún así yo la coloqué en mi análisis.