Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

¡Qué importa!, después nos encargamos de ese detallito. Así que nuestro hijo asume nuestro nombre y una vez le damos ese honor, lo sentenciamos a que se parezca a nosotros.

Es por eso que en algunas culturas se ‘exige’ que el primer hijo sea hombre. Así se preserva el apellido.

Pero volviendo a nuestra historia los vecinos de Zacarías ya habían determinado que el muchachito se llamara como su padre.

Debemos esperar cómo se soluciona este impase, de otro lado descubrimos que a los niños se les circundaba.

¿De dónde salió esta costumbre de circuncidar a los varones?

Y eso es lo de menos, lo que importa aquí es una referencia religiosa y aunque no sea importante en el Evangelio, sí hay que tener en cuenta que es mencionado. Es decir: es importante para el que lo escribió y de hecho es importante para la sociedad en que vive.

Tal parece que se circuncidaba para estar en gracia de Dios.

¿No es interesante?

Quiero decir, ¿Por qué se tiene que mutilar para agradar a Dios?

Volvamos al pasado, ¿No nos enseñaron que Dios creó todo en siete días?

OK, Fueron sólo seis días porque en el séptimo descanso, así que digamos que dedicó todo un día para crear al hombre y también dedicó todo un día para el descanso. Pero ese no es el punto, el punto es que Dios nos creó. ¿Cierto?

Entonces… ¿Cómo fue que no nos hizo circuncidados?

Eso demuestra que la práctica de la circuncisión en términos divinos no existe. Es simplemente ganas nuestras de inventarnos formas extrañas para agradar a Dios cuando es posible que con la forma en que lo hacemos lo estamos ofendiendo. ¿Qué tal que Dios se dé cuenta que al ofrecerle la circuncisión de nuestros hijos, lo que estamos es diciéndole que nos dejó mal diseñados?