Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Pero en fin, sólo tomemos lo de la circuncisión, como información cultural de la época. Aunque no sea un detalle importante en el estudio de este Evangelio, nos sirve mucho para entender a las personas que eventualmente siguieron y creyeron en Jesús. Después lo crucificaron pero se supone que yo no he leído eso todavía.

60 pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan.»

De nuevo una mujer que hace que la decisión divina se lleve a cabo. El pobre Zacarías estaba lleno de vecinos que le daban razones e ideas de cómo llevar una familia feliz, pero fue Isabel la que no dio tiempo a que la encuesta se realizara. Se va a llamar Juan y asunto arreglado.

Además recordemos que Zacarías estaba mudo y esto, muy posiblemente, le restaba autoridad. De hecho estar mudo es lo más cercano a estar muerto porque tú no eres otra cosa que tu palabra, y si tu palabra no vale, sencillamente: No eres.

61 Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.»

No habíamos pensado en ese detalle. ¿Cómo es que Isabel va a llamar a su hijo primogénito Juan? Inaudito.

Además el nombre de Zacarías se perdía al menos por esta generación.

Otra pregunta: ¿Por qué somos tan desmemoriados?

No había pasado ni un año y ya nadie recordaba que Gabriel había comunicado que el niño se llamaría Juan.

La verdad es posible que ni lo supieran, aunque el evangelista nos confesó que la gente se dio cuenta que Zacarías había tenido una visión. Tendremos que pensar que Zacarías no les comunicó todo lo que pasó adentro y que por esta razón seguían decidiendo llamar al niño como su padre.