Lucas, Teofilo soy yo
Aclaremos algo, es muy posible que al igual que Juan el Bautista, del que no sabemos nada de su nacimiento y juventud, tampoco se sepa nada del nacimiento y juventud de Jesús, pero la diferencia es que hay demasiada gente interesada en Jesús en estos momentos, mientras que Juan el Bautista es apenas conocido, es irrelevante. Así que si llegamos a inventar historias sobre Jesús, se podría de alguna forma descubrirse las mentiras y esto traería graves consecuencias, ya que la verdad que se escriba se vería empañada y después no se pudiera ni siquiera asegurar que un hombre llamado Jesús haya alguna vez existido.
Lucas ha probado querer ser historiador. Y una de las cosas que quiere un historiador es decir la verdad. Desde luego Lucas empieza esta tarea dirigiéndose a un espectador como lo es Teófilo, como dijimos, en ese momento el escritor se pone al nivel de ese espectador y la historia se cuenta para este nivel de espectador.
No es lo mismo la historia que yo escriba para personas que viven en el campo y dedican su vida a la agricultura, que el escrito que produzca para una asociación de abogados o médicos.
Desde luego estoy discriminando. Estoy diciendo que una persona que cultiva zanahorias no tiene el entendimiento de un catedrático, o lo que es peor, que una persona que tenga un título universitario es capaz de entender cualquier tema con una mente abierta.
Pero el punto aquí no es mi incapacidad de entender mi público, sino que cualquier escritor se verá afectado al saber el nivel cultural de sus lectores.
Por eso creo que Lucas arranca con desventaja, si empezó como un historiador, se lastimó el mismo.
Pero… ¿Quién nos asegura que el plan de Lucas es presentar la historia en la forma precisa en que ocurrió?
Es posible que sin querer mentir, lo que quiere transmitir Lucas es el mensaje central del Jesús del que él se siente atraído.