Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Lucas ha tratado no sólo de elevar el relato, también condiciona al lector. De hecho aún no lo he leído pero debo ponerme a la altura de Teófilo.

¿Quién es Teófilo?

El nombre no me parece Judío. Yo diría que es romano, griego, o de por ahí cerca. Así que Lucas escribe esto para alguien que no es Judío. Por eso empieza su narrativa aseverando que será histórica, porque sabe que su lector, está más allá del círculo judío que por ahora se interesa en Jesús.

También no debemos pasar por alto que el nombre Teófilo, se escribe en latín THEOPHILUS, y como ya sabemos que estos nombres en latín siempre significan algo, me tome la molestia de averiguar, que viene de la palabra ‘Theos’ que significa Dios y ‘philos’ que significa amigo. El nombre Teófilo significa entonces: Amigo de Dios.

¡Qué coincidencia! La historia que Lucas va a contar, es para esta ilustre persona que se llama: Amigo de Dios. ¿Podría ser acaso un mensaje en clave?

Podría ser. Veamos.

Es una técnica de la literatura escribirle a alguien. El lector al leer la historia se sentirá como inmiscuyéndose en un escrito que es privado. Es una forma de hacerlo intrigante. Recordemos que si esta historia fue escrita para Teófilo, nosotros al leerlo no solamente estamos conociendo la historia de Jesús, estamos leyendo la correspondencia privada de Teófilo, es como leer (con permiso) el diario de una persona. Fascinante.

¿Pero quién es Teófilo?

Parece ser que Teófilo no existió. Ese es nuestro primer descubrimiento. Teófilo somos los amigos de Dios. Lucas aquí se estaba burlando de alguien. Recordemos que en este momento de la historia, los cristianos eran perseguidos en Roma.

Pero Teófilo era un nombre común en Roma, así que si estos escritos eran interceptados se iba a entender que eran para un romano. El nombre Teófilo era de clase y como bien lo dice Lucas, era un ilustre. Una distinción que se utiliza para pocos lectores.