Lucas, Teofilo soy yo
Así que Dios no le ha devuelto la honra, porque para empezar, no se la había quitado. Simplemente Dios le ha dicho a las mujeres: recapaciten. Miren que aún cuando alguien se burle de ti, soy Yo, al final de cuentas, el que decido, aún en contra de tu poca auto estima.
Pero Isabel no se da cuenta de esto. Ella da las gracias por habérsele devuelto la honra.
Era al revés. Isabel estuvo frente a un cambio social. Ella debió haber salido por las calles a proclamar que todo estaba tergiversado. Ella no era deshonrada por ser estéril, deshonrados eran aquéllos que tomaban su situación y se sentían más grandes. Deshonrados era su esposo que se sentía con poder de abandonarla al ser ella estéril. Deshonrados eran aquellas mujeres que al verla, se burlaban. Deshonradas aquellas que al quedar embarazadas se sentían más grandes que Isabel. Deshonrados somos todos aquellos que al ver a alguien en peor posición que nosotros, tomamos eso como una señal de nuestra grandeza.
Fue la primera revolución sexual que nunca comenzó porque Isabel no vio la señal. Zacarías tampoco la vio.
Isabel daría a Luz a un niño al que llamaría Juan, que sería el que convertiría al Señor su Dios a muchos de los hijos de Israel. Pero su madre, Isabel, sería la encargada de despertar a las hijas. Pero esto no ocurrió porque Isabel no estaba preparada o porque estaba muy conforme con lo que tenía.
No te conformes, hay cosas mejores que no requieren de milagros para cambiar tu vida. O mejor aún: la vida de todos.
Pero como dije al comienzo de este versículo, hay poco que analizar.
Seguimos adelante con este análisis preguntándonos si Lucas se dio cuenta de todo esto. Ya nos dimos cuenta que Lucas es un evangelista al que le gustan las bromas y los mensajes en clave, es posible que este sea su segundo mensaje en clave. O al menos el segundo que detectamos.