Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Debe ser acaso porque un bebé es el milagro supremo. Parece ser esta la única forma de impresionar a los ‘creyentes’. Sólo mostrando vida en donde ya todos sabemos que no la puede haber, nos hace creyentes.

¿Será este un mensaje oculto de Lucas o un mensaje de nosotros mismos?

Nosotros ya no creemos en nadie, ningún mago nos impresiona. Somos unos cínicos profesionales. En otras palabras, ya todos los actos de magia se han convertido en cosa popular y todos sabemos que existen los trucos, así que Dios, sabiendo que ya nada impresiona a estos hijos de Adán, decide utilizar su secreto más poderoso: Crear la vida. Y lo hace no sólo en una joven que a nadie sorprendería que quede embarazada, sino que toma a mujeres ancianas y reconocidas por su esterilidad.

Pero ya por último toma a una joven. Ahora aparece María. Es joven. No es sorpresa para nosotros si supiéramos que es sana. Suponemos que lo sea.

Esto se pone interesante. No sé si ya se fijaron pero hace rato nos salimos de Lucas. Ya fuimos a visitar a Abraham, Isaac, Jacob y toda esa gente que vivió siglos antes de Lucas pero que siguen vigentes aún hoy día. La vida que ellos vivieron fueron registradas y las reglas que ellos crearon para sus familias se fueron convirtiendo en las reglas de su pueblo y de toda una sociedad.

Si los ángeles que se le aparecieron a Abraham fueron una visita personal, dejaron de serlo cuando Abraham le hizo saber a su familia y a su pueblo que le traían un mensaje de esperanza y que además el mensaje era de Dios mismo.

¿Le creyeron?

¡Claro que no!

No sé si Dios en este momento aún confiaba en que la carismática personalidad de Abraham, era todo lo que se necesitaba para hacer creyentes a todos estos adoradores de becerros.

No le iban a creer nunca. Excepto que…