Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Ahora que uno no necesita tener millones de dólares para caer en ese mundo. Uno mismo se va encerrando en su propio mundo de amigos que a todo le dicen que ‘sí’ sin detenerse a pensar que cuando todos dicen ‘sí’, alguien debe estar errado porque solo crecen los que reciben un "no" de vez en cuando. 

Y allí mismo vuelve Jesús a recordarles a sus discípulos que de la misma manera trataron sus padres a los falsos profetas. O sea Jesús nos dice que todo es fácil de predecir si sólo miramos el pasado. 

Ya en tiempos anteriores los falsos profetas eran adorados y de malos pasaron a malísimos profetas sólo porque todos les decían que sí. Ya tuvimos un caso en la vida de Adolfo Hitler en donde todos decían que sí y el positivismo se convirtió en adoración y al final hecatombe para todos. Es importante estar atentos cuando todo va bien. No que no podamos disfrutar un éxito o darnos cuenta de nuestros triunfos en todo su esplendor, pero es cuando viene el triunfo cuando más debemos estar despiertos. Cuando más humildes debemos estar. Es cuando acabas de ganar un partido de fútbol y el gozo te llena, que debes parar un momento, alejarte de los abrazos y las banderas y acercarte a los jugadores contrarios y agradecerles por un buen partido y alabarlos por haber jugado hasta el final. Es que el problema empieza, no cuando no hay triunfos, sino cuando hay perdedores y a veces cuando nuestro triunfo está cimentado en el fracaso de alguien, es cuando estamos sembrando nuestra propia caída. 

Amor a los enemigos. 

27 «Pero a vosotros, los que me escucháis, yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, 

Parece que voy bien porque ésta es la continuación de la anterior. Aquí Jesús nos incita a abrazar a nuestros enemigos. 

¿Qué está haciendo Jesús? 

Nos está enseñando a presentar una nueva oportunidad. 

181

Anterior                              Siguiente