Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

43 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, 44 se acercó por detrás y tocó la orla de su manto; y, al punto, se le paró el flujo de sangre. 45 Jesús dijo: « ¿Quién me ha tocado?» Como todos lo negaban, dijo Pedro: «Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen.» 46 Pero Jesús dijo: «Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí.» 47 Viéndose descubierta, la mujer se acercó temblorosa y, postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. 48 Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.» 

Este es el mismo caso anterior. Lucas aquí sabe desde cuándo esta persona sufre la enfermedad. Además que no había podido ser curada por nadie. 

Y de nuevo aparece alguien que cree más que sus propios discípulos. Está enferma cree que solo con tocar a Jesús su enfermedad se le cura. 

Claro que de nuevo no tengo ni la menor idea que es eso de “flujo de sangre”. 

El punto aquí es que Lucas sabe todos los detalles. Pero algo me dice que cuando vengan los momentos culminantes de estas historias, el evangelista nos dejará sin los detalles que yo requiero. 

49 Estaba todavía hablando, cuando uno de casa del jefe de la sinagoga llega diciendo: «Tu hija está muerta. No molestes ya al Maestro.» 50 Jesús, que lo oyó, le dijo: «No temas; solamente ten fe y se salvará.» 51 Al llegar a la casa no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan y Santiago, y al padre y a la madre de la niña. 52 Todos la lloraban y se lamentaban, pero él dijo: «No lloréis, no ha muerto; está dormida.» 53 Y se burlaban de él, pues sabían que estaba muerta. 54 Él, tomándola de la mano, dijo en voz alta: «Niña, levántate.» 55 Retornó el espíritu a ella y, al punto, se levantó, y él mandó que le dieran de comer. 56 Sus padres quedaron estupefactos, y él les ordenó que a nadie dijeran lo que había pasado.

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