Lucas, Teofilo soy yo
Exigencias de la vocación apostólica.
57 al 58.
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas.» Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
O sea, en caso que estés pensando en riquezas, mejor ni te molestes.
59 y 60.
A otro dijo: «Sígueme.» Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.» Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.»
Esta es un poco más oscura. Fíjense que cuando el hombre le dice a Jesús que quiere enterrar a su padre, él se
refiere a un solo muerto, pero Jesús le contesta que hay más muertos. ¿Quiénes?
“Deja que los muertos entierren a sus muertos”
Esto no es posible. ¿Cómo van unos muertos enterrar a otro muerto?
¡No se puede! A no ser que… Aunque aparenten estar vivos, están muertos.
Esa debe ser. Déjenme explicarles. ¿Qué tal, que aunque tú te creas vivo, ya estés muerto?
Y ya lo había comenzado Juan el Bautista con el bautizo. Se necesitaba creer, entregar la túnica y ya. Pero… ¿Y si no creo? Pues ya estoy muerto, es por eso que Jesús se lo dice: Deja que los muertos entierren a sus muertos.
Y si tú estás vivo, vete a anunciar el reino de Dios.
Entonces hay gente muerta que si no la hemos enterrado es porque aún estamos esperando a que el cuerpo caiga.
Indice
Introducción
El Evangelio según San Lucas
Capítulo 1
Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesú
El ángel del Señor y Zacarías
La Anunciación
También Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo
Capítulo 2
Pacto con Abraham
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12