Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

2 y 3.

Y les dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 

Jesús nos ve, como sus hijos que se deben recuperar. Nosotros somos la cosecha que se podría perder si no se cultiva. 

Y hay pocos obreros para recolectar esa cosecha. 

Y la parte interesante es que nosotros seremos los más peligrosos para esos que vienen a salvarnos. Nosotros seremos los lobos que atacaremos a nuestro salvador. 

Y aún así, el salvador viene.

El salvador viene aún sabiendo que lo van a crucificar. Y lo peor no es saber que lo van a crucificar, es saber quiénes lo van a crucificar, que son los mismos a quién él quiere liberar. Esa es la ironía de la vida. Siempre ha pasado lo mismo. Nosotros tratamos mal hasta al circo que viene con la única intención de hacernos reír, ¿que no haremos con el que insinue que somos una raza de víboras?

Nota de Atención: yo no corro ese riesgo porqué este libro no tiene la intención de salvar a nadie. La única intención de este libro es analizar qué escribió Lucas. Sí en algún momento sientes la inquietante necesidad de crucificarme, recuerda que yo no tengo vocación de redentor. Estoy tan desinteresado en tu salvación, que sí me envias tu diezmo, lo recibo humildemente y me voy de vacaciones.

Prosigo.

4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 

Este es de los versículos más complicados para mi, así que ábran sus oídos para que no se dejen influenciar por mi ceguera. 

Jesús les pide que no lleven provisiones. Esa condición la podría entender. Pero la segunda condición me deja ciego: ¿No saludar a nadie en el camino? 

 5 al 7.

En la casa en que entréis, decid primero: `Paz a esta casa.' Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 

Estoy tratando de entender. Permanecer en la misma casa y no ir deambulando por todo lado. 

No sé si esto se aplica a la cultura de estos momentos o es un consejo al que yo no le veo la razón de ser. Recuerden que yo sólo doy la medida para un apóstol desobediente. 

8 al 9.

En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: `El Reino de Dios está cerca de vosotros.' 

Los nuevos discípulos podían curar enfermedades. Esta parte nunca la había leído antes.

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