Lucas, Teofilo soy yo
Para obtener una idea de cómo pedir, vamos a ir el primer día.
Así es, nos remontaremos al primer día de nuestra vida y ahí vas a ver lo claro y directo que es todo.
Voy a repetir eso para los que además de hipócritas también han sido sordos: nos remontaremos al primer día de nuestra vida y ahí vas a ver lo claro y directo que es todo.
¡Claro y directo!
Solamente el que cree, habla claro y directo.
Nada de chantajes, nada de segundas intenciones, nada de emboscadas.
¡Claro y directo!
No va a faltar el cínico que diga: Pero es que yo no me acuerdo del primer día.
Eso es ser incrédulo. El que cree, sabe que pasó el primer día, lo tiene claro en su mente. Es solo esa claridad lo que le otorgara lo que pida.
Es esa claridad la que le traerá la casa, la esposa, el millón de dólares y hasta el trabajo, si eso es lo elige.
¿Detectaron que utilice el verbo elegir?
El que lo detectó, anótese cinco puntos. No que esto sea competencia, pero anótese cinco puntos. Y el que detectó que aún coloque la esposa después de la casa, anótese cinco puntos más. Prosigo. Vamos a ir al primer día, vamos a ver qué pasó y observando con humildad, con mucha humildad, vamos a descubrir algo que ya sabíamos pero no recordamos: Cómo pedir.
Dentro de poco vas a ver algo que nunca habías visto y que siempre tuviste frente a ti.
La casa, la esposa y todas esas cosas que tú antes pedías sin creer, ahora las vas a ver claro frente a ti.
Si eres humilde y crees.