Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Una mujer trata de caerle bien a Jesús hablándole de su madre, que aquí representa el pasado. Y Jesús le recuerda el mensaje que él trae... y ese es el futuro. 

Es posible que sea un honor haber tenido a María como su madre, pero de nada vale si eso es todo lo que tiene. 

Jesús aquí afirma el bautizo del que hablaba Juan el Bautista. No importa de qué familia vienes, eso ya no importa. Es lo que piensas hoy, en lo que crees y en cómo se ve reflejado ante tu prójimo, lo que sirve. 

De nada te va a servir que María sea tu madre, si no entregas la túnica extra que tienes guardada. 

Y de la misma manera no importa si tu madre o tu familia no es la mejor del mundo porque de nuevo: tu familia no influye para bien ni para mal. Es lo que haces y cómo lo demuestras. Sigue apareciendo el bautizo original aquí: Crees o no crees. Eso es todo. 

El signo de Jonás. 

29 y 32. Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide un signo, pero no se le dará otro signo que el signo de Jonás. Porque así como Jonás fue signo para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. 

Esto hasta yo lo puedo entender. Según las escrituras, el Mesías ya venía. Todos lo esperaban y una vez que lo tienen entre ellos, nadie le cree. Seguirán pidiendo profetas y enviados, pero no tiene sentido que se le envíen profetas o Mesías, si ellos no están listos para escuchar. Es más, si escucharan, ni haría falta que enviaran más Mesías.

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