Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

12 y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

Va a ser un poco difícil con estas señales encontrar al Salvador. Estamos en un pueblo lleno de visitantes y todos los hoteles están llenos. Necesitarán más pistas.

13 Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:
14 «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»

Este no es un día cualquiera. Ha nacido el Mesías y bien vale la pena que muchas figuras celestiales se aparezcan ante los pastores.

Pero ¿Qué fue de aquellos pastores que vieron tales apariciones?

15 Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.»

No los culpo, después de semejante forma de dar la noticia, yo también abandono mis ovejas y me voy a buscar el pesebre. Después de todo, no necesito más señales. Voy a ir a todos los hoteles y estaderos y buscaré en todos los pesebres.

16 Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre.

Vaya sorpresa para aquellos pastorcitos. Primero ver a figuras celestiales y luego descubrir que el anuncio era cierto. Es para no creer.

17 Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño;

Pero como no sabemos los detalles del matrimonio de José con María, entonces nos quedamos sin ver la cara de José cuando los pastores le cuentan esas cosas. ¿Será que José aún duda de la procedencia del niño?

¿O será que el desconfiado aquí, soy solamente yo?