Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Creo que Lucas admiraba el papel de María. En toda la historia, María es diferente a las otras mujeres que ocupan un papel importante. María nunca duda, siempre agradece y en su casa no entran los vecinos a escoger el nombre de su primogénito. Además Lucas toma la muerte de Jesús que aún no ocurre y le da el sentido pésame a María en forma calmada y trata que la lógica la consuele: Sí María, tu hijo murió, pero era la única forma de desenmascarar el mal y la hipocresía.

Profecía de Ana.

Otro título de este segundo capítulo. Yo nunca había escuchado que Ana hiciera profecías, es más, es la primera vez que escucho de esta Ana. Escuchemos atentos.

36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada en su juventud, había vivido siete años con su marido, 37 y luego quedó viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.

Qué cosa más enredada. Y además sospecho que ya saben lo que voy a decir: ¿Cómo hace Lucas para saber tanto detalle de una mujer que parece insignificante en la historia? Ahora sabemos su nombre, el nombre de su padre, sabemos que no era virgen y vivía solita rezando y sirviendo.

38 Presentándose en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Era, en pocas palabras, la versión masculina de Simeón.

Vida oculta de Jesús en Nazaret.

¿Qué?

¿Y qué pasó con las profecías de Ana?

Tal vez esa era la profecía, Que vendría un niño que salvaría a Jerusalén.