Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Tendré que tener cuidado la próxima vez que esté al borde de obtener cierto tipo de poder.

Y la respuesta de Jesús es muy simple: No sólo de pan vive el hombre.

O sea que hay algo más allá que la necesidad de calmar el hambre. Y tal vez la sabiduría está en poder ver el futuro.

¿Qué pasará cuando me coma este pan?

¿Estaré mejor?

¿Estará mejor mi vecino?

Y aquí vuelve a aparecer Juan el Bautista que ya se encuentra en la cárcel. Si tienes dos túnicas, dale una al que no tenga. Aquí la tentación del pan es igual. De que le servía a Jesús que todo el desierto fuera pan, ¿Era que sólo había venido a comer pan y luego morirse gordito?

Entonces el diablo viene para poner a Jesús en el camino del hambre y apartarlo de la obra de Dios.

¿Me creyeron?

Si aún están leyendo es mejor que abran sus mentes. Aquí mismo pudiera yo estar tratando de engañarlos y ustedes como viles ovejitas, dejándose engañar sólo porque no se toman la molestia de pensar.

¿Qué dije?

Dije que el diablo vino a sacar a Jesús de su camino.

¡Falso!

El diablo es vital en nuestra historia. Si no estuviera presente, nuestro Jesús no desarrollaría todo su potencial. Si el diablo no lo tienta, a lo mejor se devuelve a Galilea y se dedica a la carpintería que es más rentable y a uno no lo matan por hacer camas y mesitas.

El diablo es vital. No hay que tenerle miedo a sus tentaciones. Hay que tenerle miedo es a que nosotros nos de pereza pensar y resultemos haciéndole caso al diablo. Imagínense que Jesús se deje llevar por la tentación que parece inocente. O sea, ¿Quién pierde si Jesús convierte una piedrita en pan?