Lucas, Teofilo soy yo

Nadie.

Es más, nos conviene que Jesús este fuerte. Sólo que Jesús ve lo que viene después. Estará en manos del diablo para siempre. Todo lo va a tener fácil y ante cualquier tentación, el crispa sus dedos y se le aparecen banquetes con criados que lo atienden.

Que el diablo se le aparezca es normal, que le de ideas tentadoras es inevitable, pero en algún punto debe empezar la responsabilidad y Jesús se lo dice al travieso diablillo que lo intenta tentar: ¡No es como tú digas!

Y no sólo eso, sino que Jesús no es grosero con el diablo.

¿Por qué?

Tal vez Jesús también está tentando al diablo.

Jesús, que está en una situación privilegiada, le da a saber al diablo que también él puede pasar al reino de los afortunados. El diablo se puede ir para su casa, repasará lo acontecido y en algún momento se dejará tentar por Jesús y pensará… “A lo mejor ese tipo tiene razón”.

Si tú me creíste eso de que Jesús también está tentando al Diablo, entonces te puede pasar a ti también. La próxima vez que alguien te venga a tentar, no sólo debes pensar muy bien tus acciones, sino que además, tú estás en la posición privilegiada de tentar a esa persona a actuar de forma recta. No debes ser grosero pues eliminarías el efecto y debes ser firme ante tus creencias.

Después de todo, poner en tentación no siempre es malo.

La ventaja es que tú sabes exactamente lo que estás haciendo. Ahora tienes poder. Ahora estás en un sitio privilegiado, así como el diablo ve a Jesús. Si el diablo no viera a Jesús más arriba que él, no estaría perdiendo el tiempo en dedicarle su energía.
Piénsalo.

Solamente cuando tú escoges, tienes poder. Cuando reaccionas, no eres sino una hoja al viento, queriendo lograr resultados.

5 Llevándole luego a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra 6 y le dijo el diablo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me la han entregado a mí y yo se la doy a quien quiero. 7 Si, pues, me adoras, toda será tuya.» 8 Jesús le respondió: «Está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.»