Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Y algo más en esta tentación… ¿Está Jesús diciendo que él es Dios?

Fíjense cómo es que le contesta: “Jesús le respondió: «Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.»

Al parecer Jesús, sin duda alguna, le está diciendo al diablo que Él, no es el hijo de Dios, sino Dios mismo.

Sólo que esto podría ser una mal interpretación. Volvemos al hallazgo anterior en donde descubrimos que cuando sabemos que tenemos un reino poderoso, ya ningún diablito nos podrá tentar con carritos de plástico y es en ese momento en que nos convertimos en algo más poderoso que nosotros mismos, nos convertimos en Dioses con poder sobre el diablo. Porque en el momento en que el diablo nos tiente con sus absurdas ofertas, también podremos decirle con total seguridad: “«Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.»

Entonces no necesariamente es que Jesús se declare Dios, es que Jesús nos deja saber que cuando creemos, nos convertimos en algo mejor de lo que éramos unos segundos atrás.

Ahora que volviendo un poco atrás, leemos lo siguiente: “6 y le dijo el diablo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me la han entregado a mí y yo se la doy a quien quiero.»

En este Evangelio de Lucas, Jesús no le discute al diablo que estos reinos le fueron entregados al diablo. Eso nos da la idea de que es verdad.

Y al escuchar esto, uno pudiera perder esperanza. O sea, estamos viviendo en un mundo donde el diablo es el Rey, ya que estamos en sus tierras y él hace lo que quiere. Y es aquí en donde las tentaciones del diablo a Jesús, nos devuelven la esperanza.
Nosotros podemos recobrar el reino para nosotros y una vez que se logre esto, ya no podrá haber tentaciones que nos inquieten.

Sólo cayendo en las tentaciones del diablo es que el reino sigue siendo suyo, pero una vez nosotros seamos dueño de nuestro destino y podamos escoger lo que en realidad necesitamos, ya no habrá tentación que nos aleje de nuestro camino y al igual que Jesús podremos decir: “«Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.»