Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.»

Y aquí obtiene Jesús sus primeros apóstoles. Aquí Jesús utiliza la misma técnica que utilizó en el desierto con el diablo. Si al diablo lo tentó con su propia técnica, a Simón lo tranquiliza diciéndole que él seguirá siendo pescador, sólo que ahora será de hombres.

Jesús dominaba su lenguaje.

Además que no sólo domina el lenguaje sino que escucha a sus discípulos. Los conoce por su forma de hablar y trabajar. Una persona que sea capaz de entender a pescadores y sacerdotes como cuando él se perdió en el templo de Jerusalén, difícilmente va a caer en palabras exageradas. Así que este Jesús promete no utilizar palabras que sean de difícil comprensión. El piensa lo que está hablando y su principal interés es que sus palabras sean entendidas.

11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.

Esa estuvo fácil.

Obviamente aquí nos faltan detalles. ¿Tenía esposa e hijos este Simón?

¿Y sus otros seguidores tenían familia?

Lucas no nos explica. Y no porque no lo sepa. Él pudiera saberlo pero omite darnos esos detalles.

Curación de un leproso.

12 Estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» 13 Él extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante le desapareció la lepra. 14 Le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, preséntate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio.»