Lucas, Teofilo soy yo

Ahí está el problema, es que uno resulta defendiéndose de diablos que vienen a tentarlo a uno a su propia casa. Uno se deja envolver por esas tentaciones y cae en tentación. El diablo, al igual que a Jesús en el desierto te va a tentar y es ahí donde uno cae o no cae. Jesús no cayó cuando el diablo le pide que se tire de la torre del templo. Es que si Jesús lo piensa o se pone a calcular la velocidad con la que bajará y cuántos ángeles son necesarios para sostener su peso para no sufrir heridas, entonces estará jugando el juego que el diablo propone. La tentación habrá ganado. Ya no necesita que se tire y que lo recojan los ángeles. Ya perdió. La solución está en no caer en el juego que se nos propone, pero para ello uno se tiene que preparar, uno tiene que saber que cuando uno menos se lo espere llegará el diablo y nos tentara. No sabemos cómo es, ni a qué hora llega ni de que trucos se valerá. Lo único que sabemos son dos cosas:

• Que nos van a tentar.

• Que no sabemos de qué manera. 

Y aunque parezca poco y pudiéramos sentirnos desprotegidos eso es todo lo que necesitamos saber para prepararnos. Nadie nace aprendido, si hasta Jesús inició su labor por allá a los treinta años según nos dice Lucas, así que todo es preparación. 

Cuando Jesús dice: “No sólo de pan vive el hombre”, Jesús está demostrando su preparación. El no sabía que el diablo le llegaría al desierto, porque de saberlo es posible que hubiera ido a ayunar a la selva y no tendría nada de malo porque evitar es inteligente. 

Así que aunque Jesús no sabía cómo lo iban a tentar, si sabía una cosa que nosotros no detectamos: Que no se iba a dejar envolver. En cada una de las tres tentaciones Jesús recibe la invitación y él opta por no jugar el juego maligno e inmediatamente inicia el contraataque. Jesús ni siquiera piensa en arrodillarse delante del diablo y adorarlo para que él le entregue sus dos montañas, porque su camino está claro. Y una vez viene la tentación, él la devuelve en forma de tentación también. Jesús lo tienta a que vuelva al camino del bien.