Lucas, Teofilo soy yo
Déjenlos ir. Total que ya no quieren estar contigo, acéptalo y no pierdas el tiempo.
¿Fácil de decir?
¿Qué ganas sufriendo y lamentándote?
De eso se trata la idea de Jesús. Si alguien lastima tu mejilla, ofrécele la otra.
Es que cuando tú esperas que tus cosas regresen, sólo te estás preparando para sufrir más. Ahora no sólo tienes el dolor original sino que tú mismo te preparas para el segundo golpe, que si tuvieras otra técnica de vivir, te podrías evitar.
Déjalo ir, pareciera ser el consejo que Jesús nos da.
Déjalo ir.
30 A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames.
Seguimos con lo mismo. No que se convierta en cansón y repetitivo, es que nos da el mismo mensaje visto desde diferentes circunstancias. Y es que la idea es la misma: El que tome lo tuyo, ya lo tiene y si tú te empeñas en recobrarlo, eso te desgastara y perderás energía en obtener algo que ya no tendrá el mismo valor para ti y que aunque creas recobrarlo sólo servirá para recordarte que tienes un enemigo.
Esa es la clave, no recordar que tienes enemigos porque al dejarlo ir, no tendrás enemigos.
Es que los enemigos no son los que están afuera sino los que tu mente crea y mantienes a través de los años y aunque se mueran primero, tú te negarás a verlos muertos porque seguirás recordando que se llevaron algo tuyo. Así que el consejo sigue tomando vigencia: déjalo ir. Es más sano y no se trata de proteger y amar a tus enemigos. Es protegerte a ti mismo porque cuando lo dejas ir… se van y ya no están más contigo.
Además que no tendrás que proteger a tus enemigos porque no los tendrás.
Indice
Introducción
El Evangelio según San Lucas
Capítulo 1
Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesú
El ángel del Señor y Zacarías
La Anunciación
También Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo
Capítulo 2
Pacto con Abraham
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12