Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Sería fácil creer que el hombre tiene lo mejor cuando gobierna solo, pero fue María la que descubrió que no se estaba aprovechando de todas las ventajas que sólo una mujer podía ofrecer. La misma María sintió la injusticia cuando se le niega su primogenitura pero no culpa a su madre o a los hombres, simplemente descubre que no hemos aprendido a vivir y decide enseñarnos. No se coloca ella como la súper mujer que no necesita un hombre para vivir o la que demuestra que una mujer puede hacer las cosas mejor que un hombre. 

No. 

Ella dedica su vida a mostrarnos que juntos somos mejores. Por eso Jesús defiende a todos por igual. No pregunta de qué familia es el leproso o si ya está bautizado. El sólo hecho que crea lo pone fuera de peligro. La igualdad ha empezado y ni los liberados lo han notado. 

Fue Jesús el que extendió su mano. 

Fue María la que le enseñó a extenderla. 

De seguro María sabía leer varios idiomas y además debía pasar las tardes sin hacer nada. Mirando a lo lejos y pensando en las cosas que no cuadraban con la idea que ella tenía de Dios. Sólo ella se atrevió a ver a Dios como un padre benevolente. Antes de ella, era un Dios capaz de lanzar truenos y ponerse bravo. 

Hasta sería por eso que Gabriel no la dejó muda. Vaya uno a saber. 

41 ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: `Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo', si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. 

Nada que analizar aquí o corro el riesgo de descubrirme. 

Agregar sólo que esto ya nos lo había dicho cuando nos pide no juzgar para no ser juzgados. 

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