Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Jesús es claro con sus ideas. Sabe que la raíz de todos los problemas es, que no miramos dentro de nosotros, sino fuera de nosotros y eso nos obliga a ver problemas donde no existen. Además que sabe de la facilidad con que juzgamos a los demás, eliminando para nosotros la justicia que pediremos, cuando seamos nosotros los de la falta. 

43 «Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. 44 Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. 

Jesús tiene algo muy claro, los que son buenos actúan bien y los otros, ni aunque les paguen. Por eso nos insta a que actuemos bien, nos insta a que nos transformemos para nuestro propio beneficio. 

45 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca. 

A ver si entendí bien… O sea que nadie puede hablar de otra cosa que no sea lo que invade su corazón. 

Ahora entiendo cómo es que Jesús atiende al diablo cuando éste viene a tentarlo. Es que además de todo lo que hemos descubierto, Jesús también era psicólogo aún antes de que Freud descubriera el término. 

Además que no estoy tan seguro si ser psicólogo lo puede a uno ayudar en algo. De hecho las personas que deciden ser psicólogos es porque quieren encontrar una salida a su confusión. 

Partiendo de esa premisa, va a ser muy difícil porque nadie puede ver la confusión en que se vive porque si la pudiera ver no estaría en ella. 

¿Estoy diciendo que nadie se puede escapar de su propia pesadilla? 

Sin ayuda exterior, no.

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