Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Aunque no debes entender esto como si no lo pudieras hacer sólo. Lo que digo es que vas a tener que desarrollar la habilidad de escaparte de la caja en que vives y que tú  llamas: Realidad. 

Pero volviendo al tema debo reescribir lo dicho para que yo lo entienda: 

45 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca. 

A ver si entendí bien… O sea que nadie puede hablar de otra cosa que no sea lo que invade su corazón. 

Ahora entiendo cómo es que Jesús atiende al diablo cuando éste viene a tentarlo. Es que además de todo lo que hemos descubierto, Jesús conoce al ser humano: su grandeza y sus limitaciones. 

Es que ya sabemos que el diablo existe y sabemos también las dos condiciones a las que estoy expuesto:

Pero ahora sabemos algo más. Sabemos que nadie nos puede tentar con cosas que no están a su alcance, ya Jesús nos dice que lo que ‘rebosa el corazón, habla su boca’. Tenemos al diablo en nuestras manos. 

Qué tal que un amigo llegue a tu casa y te mencione que él ha descubierto que todas las mujeres modernas tienen un segundo matrimonio y que todas andan buscando un hombre. 

Desde luego si tú eres mujer y a lo mejor el hombre con que vives es tu segundo esposo, pues sentirás necesidad de defenderte. 

Acabas de caer en manos del diablo. La tentación que te puso fué más fuerte que tus deseos de no caer. Habrás caído en su juego y una vez dentro de él, ya no podrás salir. 

Pero escuchemos a Jesús de nuevo: “Cuando rebosa el corazón, habla la boca” Si entendiéramos esto, entonces veríamos que esta persona que llega a tu casa a decirte esto, no te está atacando, aunque las cosas que digan ‘pareciera’ que aplican en tu vida, esta persona simplemente está dejando que su boca diga lo que lo invade. 

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