Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

29 Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, y se hicieron bautizar con el bautismo de Juan. 30 Pero los fariseos y los legistas, al no aceptar su bautismo, frustraron el plan de Dios sobre ellos. 

Aquí Lucas nos informa sobre el efecto que producían las palabras de Jesús. Hasta los publícanos se hacían bautizar. No que nosotros sepamos quienes eran los publícanos pero al menos ya sabemos que ellos también le creían a Juan el Bautista. 

Excepto los fariseos, que al no creer dejaron que su nombre se volviera sinónimo de ser torpe o de lanzar verdades para tentar. Y algo más: Dios tiene un plan, pero eres tú, el que debe decidir si ser parte de ese plan o no. 

Jesús juzga a su generación. 

31 « ¿Con quién, compararé, pues, a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? 32 Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: `Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no habéis llorado.' 33 «Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: `Demonio tiene.' 34 Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: `Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.' 35 Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos.» 

En este momento Juan el Bautista ha muerto. Jesús nos lo deja saber en su conjugación verbal. 

Juan el Bautista era un hombre con una fuerza de voluntad increíble. Parece que cada idea que tenía era llevada al extremo.

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