Lucas, Teofilo soy yo

Y aquí volvemos a caer sin darnos cuenta en Juan el Bautista. Recordemos que cuando él bautizaba, hacía hincapié en que de nada valían ahora provenir de la familia de Abraham o cualquiera de sus descendientes. Nada de eso, ahora se tenía que regalar la túnica extra. 

Aquí Jesús lo vuelve a refrendar: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen.” 

Después de todo no es tan fuerte. Es que Jesús en todo momento tiene el mensaje en claro. Y claro que María no se iba a ofender. Fue ella la que se lo enseñó. 

“Ve y enseña el bien y no te detengas ante el poder de nadie, ni siquiera en mi poder de madre.” 

Esa frase me la inventé yo, pero de seguro María se la decía mientras el niño tomaba pan con leche.. 

Y por eso Jesús aclara quiénes son su madre y sus hermanos. Está dispuesto a perder a sus hermanos si éstos dan mal ejemplo. La ley ahora no es de familias y tradiciones, la ley ahora es única, es amar a nuestros enemigos y entregar la túnica que te sobra. 

Y no es que el este eliminando a sus hermanos. Cada uno de nosotros debe escoger el camino a seguir.

¿Y que cómo se que comía pan con leche ?

Porqué a mí me gusta, y yo tengo la tendencia a suponer, que a lo que a mí gusta, es de gusto popular.

La tempestad calmada. 

Ya no necesitamos mucho para poder prever que un nuevo milagro viene en camino. Escuchemos. 

22 Cierto día subió a una barca con sus discípulos y les dijo: «Pasemos a la otra orilla del lago.» Y se hicieron a la mar.23 Mientras ellos navegaban, se quedó dormido. Se abatió sobre el lago una borrasca; la barca se anegaba y estaban en peligro. 24 Entonces, acercándose, le despertaron, diciendo: « ¡Maestro, Maestro, nos hundimos!» Él, habiéndose despertado, increpó al viento y al oleaje, que amainaron y sobrevino la bonanza. 25 Entonces les dijo: « ¿Dónde está vuestra fe?» Ellos, llenos de temor, se decían entre sí maravillados: «Pues ¿quién es éste, que conmina a los vientos y al agua, y le obedecen?»