Lucas, Teofilo soy yo
La clave de esta anécdota es el temor de los discípulos.
Ya sabemos que esta gente sabía de botes y conocían el lago de memoria. Eran pescadores.
Pero hasta el pescador más atrevido sabe cuando la pelea está perdida. Y aquí ya no hay mucho que hacer, ellos han determinado que es mejor llamar a Jesús ya que se corre un peligro inminente.
Pero el secreto de esta anécdota radica en lo siguiente: Los discípulos habían ya vivido a diario con Jesús, habían visto cosas fantásticas, desde curación de leprosos, enfermos y no sabemos qué cosas más. Además han escuchado el mensaje de Jesús y creen en él.
O al menos eso creen ellos. Hasta que llega la tempestad, el agua se acerca más de lo recomendado y bajan a Jesús del sitio donde lo ponen cuando todo anda bien y en cuanto la suerte se pone pesada, entonces ya no se le trata como a un ser especial, lo llaman para rescatarlo.
Jesús detecta esto de inmediato. Ante la menor prueba de peligro se echan a perder.
Ahora Jesús calma el viento y las aguas y de nuevo los mismos que lo ven, lo vuelven a preguntar: ¿Quién es éste al que las aguas y los vientos le obedecen?
¿Si ven?
No importa cuántas pruebas vean, se lo seguirán preguntando.
Pero veámoslo de otra manera.
Es que lo mismo nos pasa a todos cuando estamos en la misma situación y ni siquiera estoy hablando si uno duda de Dios o de Jesús o de las cosas que uno cree sin ver. Estoy hablando de las cosas que uno tiene a diario y que se ponen a prueba con las dificultades. Todo se ve diferente ante una calamidad y las amistades se echan a perder, los matrimonios se rompen porque es nuestra naturaleza olvidar quién es éste o aquél en un momento de tragedia.
Indice
Introducción
El Evangelio según San Lucas
Capítulo 1
Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesú
El ángel del Señor y Zacarías
La Anunciación
También Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo
Capítulo 2
Pacto con Abraham
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12