Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Y continuando con el relato, aquí Herodes atestigua que él mató a Juan el Bautista y buscaba ver a Jesús. Pero no deja de ser interesante la forma en que se nos da información. 

Inmediatamente, nos ponemos en contra de Herodes, de la misma forma en que nos pusimos en contra de Judas el Iscariote, cuando el evangelista nos dice que sería él, el que lo traicionará. Aquí ya no seremos capaces de ver a Herodes de una forma objetiva, ya todas nuestras defensas han sido rotas. 

Pero la pregunta es: ¿Cómo hace Lucas para saber que Herodes se declaraba asesino de Juan el Bautista y buscaba desde ya, encontrarse con Jesús? 

Pero lo cierto aquí es la importancia que Lucas le da a Juan el Bautista. La gente llegaba a murmurar que era el Bautista que había regresado. 

Y decían eso porque ellos, al igual que nosotros, tenemos que darle significado a todo. Uno no acepta que Juan el Bautista se murió, tiene que verlo en otro lado y al encontrarse con Jesús, deciden no ver a Jesús sino "redescubrir" a Juan el Bautista. 

Si no lo han notado aún, vivimos una vida de fantasías e ilusiones. Parece que es casi imposible vivir en la realidad. 

Hasta es posible que tú creas que ya leíste este libro antes. O cuando lo estés leyendo tu mente te saca y te transporta a diversos lugares ya sea a ver imágenes con tu familia o amigos o hasta puedas ver a Jesús a través de estas letras. Todo es una ilusión que nosotros formamos porque no podemos estar presentes al momento que estamos viviendo. Es como si nos quisiéramos escapar de donde estamos. 

El único problema es que no tenemos la menor idea de dónde estamos. Por eso Herodes y los demás ven a Jesús y exclaman: "Juan el Bautista ha regresado".

237

Anterior                              Siguiente