Lucas, Teofilo soy yo

Jesús les da estas frases y ellos no entienden. Pero no porque les falta comprensión, es que sencillamente la frase está fuera de nuestro limitado poder de análisis. 

Lucas nos aclara que los apóstoles temían preguntarle. Yo creo que los pobres apóstoles, no era que temían sino que entendían tan poco que ni preguntas se hacían. 

Eran inocentes. 

¿Quién es el mayor? 

46.

Se suscitó una discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor. 

Este es un detalle importantísimo en este análisis. Recordemos que no sabemos quién le contó estas cosas a Lucas. Y como él mismo lo menciona tan pronto se inicia este relato, él no fue testigo directo sino que se lo contaron. Podría haber sido sólo una persona que se lo contó, pero aquí descubrimos que fueron al menos dos personas y juntos fueron discípulos directos de Jesús. 

¿Por qué? 

Porque este es un detalle que sí nos pasará a nosotros. Trataremos por todos los medios de mantenerlo oculto. 

Imagínense esa discusión entre apóstoles tratando de aclarar de una vez, quién de ellos sería el primogénito de Jesús.

Porque a estas alturas de la historia, ya los apóstoles saben de la importancia de Jesús. Saben que pasará a la historia y es por ello que necesitan saber quién es el dueño del pastel. 

Escuchemos esta parte que pareciera parte de una novela. 

47 y 48.

Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor.»